miércoles, 8 de febrero de 2017

DONDE SÓLO HAY AMOR




Queríais verme subido a una escalera hasta vuestro balcón, disfrazado de príncipe y que os rescatase de los lestrígonos, del airado poseidon, de las furias, de los cíclopes que os tenían presa.
De alguna manera lo hice, devolví el brillo y la sonrisa a vuestros ojos hasta el último día.
Vos me regalasteis una última sonrisa con la que seguir con mi camino y con la que aliviar el dolor y llenar la profunda oquedad que quedó en mi alma.
No fue un milagro, sólo fue el amor.
Ya no volverán los infiernos, ni los monstruos. No caben.
Porque donde el amor se halla, acompaña la dicha, se pierde el miedo y los caminos se tornan como mas llanos, como el paseo por una arboleda de las que abundan en vuestro verde y hermoso país.
Donde el amor se halla, no caben miedos señora, solo dicha, alegría, proyectos compartidos, música en los corazones, en las miradas, en el tacto, música de estar vivos, sinfonía de amantes, de colores.
Sin embargo, la música sigue y vos no estáis. ¿qué ha quedado entonces, qué hace el milagro?

Roger. (Pablo Sueiro)

¿SABES?




¿Sabes? Deberia darte las gracias por haber compartido una parte de tu vida conmigo. 
Ha sido corto pero de una intensidad tal que se me ha hecho como una vida entera, como si ésta se nos escapara de entre los dedos como la arena. 
Casi nunca nos faltó la risa en la cara y cuando las cosas iban mal, nunca nos faltaron ni el cariño ni la esperanza, ni la voluntad de salir adelante.
El tuyo es un descanso merecido aunque injusto.
Nos queda el reflejo de ti en la bondad, la generosidad y la ternura que haya en las cosas. Teniamos todavia mucho por hacer....ya lo haremos.

Roger (Pablo Sueiro)




PORQUE TE QUERÍA





Porque te quería, no me importó asir tu mano y atravesar juntos el temporal.
No me acobardé ante el rayo próximo a descargar y cuando éste cayó, no te solté, porque te quería.
Porque te quería, no me importó contemplar como tu cuerpo se iba apagando, al contrario, te veía más bella.
No me importaron ni el tiempo, que se transformaba ya en un bien escaso, ni la certidumbre de un final cada vez mas claro, todo porque te quería.
Porque te quería sólo veía ternura en ti, tu piel seguía suave, tu cara, cada vez mas próxima a la de los ángeles, seguía inspirando amor.
No me importaban los enemas, los viajes, ni la decadencia de tu cuerpo porque yo sabía que tu alma seguía igual, todo porque te quería.
Porque te quería quise y pude estar a tu lado al final, besarte y decirte como y cuanto te quería. 

Roger. (Pablo Sueiro)




ADEU HELENA




Tu ets del país de la pluja, dels mil verds i dels mil ocres, del nord,
jo del país del sol, dels blaus i dels blancs.
Tu romandràs ara eternament al teu país i jo hauré de tornar a l’est.
No em semblarà tan brillant el sol, ni tan blau el blau, ni tan blanc el blanc.
M’ hauré d’acostumar a la teva absència, al teu silenci, a no trucar-te, a no veure’t.
Caldrà acostumar-se a anyorar l’escalfor del teu cos, la dolçor de les teves paraules, la saviesa dels teus consells.
Marxes massa d’hora, massa jove, massa estimada si és que es pot estimar massa.
T’estimo. Roger. (Pablo Sueiro)